El
héroe de esta historia nació el 18 de
febrero de 1935, hace unos pocos años, como bien dice él mismo.
A menudo y sobre todo cuando comemos
juntos, aitona, cuando te escucho contar las historias de tu niñez, siempre me
hago la misma pregunta: ¿Cómo puede una persona ser tan positiva, humilde y
alegre, sobre todo alegre, aitona, cuando no has tenido tiempo de jugar en tu
niñez y desde los doce años ya trabajabas más de doce horas al día?
Joxe Arretxe es mi abuelo. En Alegi, su pueblo, es
conocido con el sobrenombre de “Joxe txiki”, el hombre más bueno, fuerte y
trabajador que he conocido.
No ha tenido un vida fácil, nació en Zizurkil, pero no
conoció a sus padres biológicos. Al poco de nacer; Eugenio, hombre de mucho
carácter, e Inés, mujer buena y sufrida, le llevaron a su casa. Eran tiempos
difíciles y desde muy pequeño tuvo que trabajar para ayudar en casa. A pesar de
ser muy listo, tuvo que dejar la escuela una semana antes de cumplir los
catorce años y se puso a trabajar en la papelera por la mañanas y por las
tardes en la mantequillería.
Justo una semana antes de ir a la “mili” en las fiestas
de San Blas, conoció a mi abuela, como bien dice él, “la perla de Tolosa”. En
1962, se casaron y tuvieron dos hijos. Juntos, siempre juntos, han pasado los
últimos 54 años de su vida, toda una vida acompañando y cuidando a mi abuela.
Juntos a todas partes, momentos bonitos y duros, pero siempre juntos, como a él
le gusta decir “el trucho con la trucha”.
Hace casi 17 años nació su única nieta, yo misma. Siempre
dice que nunca ha sido tan feliz como ese día, que mi nacimiento le dio la oportunidad
de vivir la niñez que él no tuvo.
Buen marido, padre
entregado y abuelo, como definirte, el mejor abuelo del mundo, mi héroe. Ese
héroe de los cuentos que siempre te salva de todos los peligros, que aparece en
las situaciones más complicadas, que te saca la mejor de las sonrisas cuando el
mundo se te cae encima. Ese héroe eres tú, aitona. Solo me queda darte las
gracias porque lágrimas ya no me quedan; pero, son
lágrimas de emoción y de agradecimiento, aitona, no te creas . ¡Que
suerte tengo de tenerte conmigo! Y ala, a seguir por la derecha….como tú dices.
Qué bonito Malen!
ResponderEliminarDiselo! Tambien el tiene mucha suerte contigo, seguro que lo sabe