COMO
ELLA, NINGUNA
Hace ya 84 años que nació
ella. Nunca tuvo una vida fácil, ya que en casa eran siete hermanos y tuvo que
empezar a trabajar a los 12. No tuvo la oportunidad de cursar ningún estudio,
por eso quizás no será la mujer más inteligente, ni la más rica, ni la más
conocida, ni perfecta, pero sí valiente y ante todo, luchadora.
Es madre de cuatro hijos y
abuela de ocho nietos. Varios obstáculos se cruzaron en su vida. Primero, le
tocó hacerse responsable de la escasa salud de su marido y por si no fuera
suficiente, estuvo a punto de perder a una hija. Pero, aun así, ha sabido salir
adelante, porque no hay nada imposible para ella. Muchas veces, me gustaría ver
el mundo con sus ojos, esos ojos que ven siempre el vaso medio lleno.
Hoy he pensado en ella. No
ha hecho nada más que dar y dar, por eso, creo que ya es hora de que también
reciba. Recuerdo muy bien la primera sonrisa que me dedicó, las primeras
lágrimas que derramó por mí, aquel dulce abrazo que me dio. No sé cómo, cuándo,
ni dónde, pero sé que algún día esta carta llegara a sus manos, por eso me
atrevo a decirle todo lo que durante tanto tiempo he escondido en mí.
Quiero decirle que vale
millones. Que aunque parezca mentira, de mayor quiero ser como ella. Sus
lágrimas son mi dolor, su esfuerzo es mi victoria y su sonrisa mi alegría. Es
la mujer que yo siempre he querido ser y lo seguirá siendo, siempre, porque es
única, inigualable.
Soy incapaz de decirle con
palabras lo que siento; que aunque ella no lo crea, la necesito, porque sin
ella, no soy yo.
Ella
es amama.
Es precioso Irati. No te lo guardes, compartelo!!!!
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